¿Qué es la filosofía?
Para Nietzsche la filosofía era el desarrollo de la historia del error.
La concibe como la forma más general de la historia, como tentativa de describir la realidad de alguna manera y entenderla a través de signos, conceptos, razón.
Él más que definirla, es un crítico de la filosofía occidental, la metafísica y la moral, debido a su dogmatismo que encuentra en estas.
Nietzsche rechazó la religión por despreciar la vida, por ejemplo en el Anticristo critica los valores ya que representan el pasado decadente mostrando así realizar un cambio para la historia.
La muerte de Dios
El análisis de la trayectoria del pensamiento y la cultura occidentales le llevará a Nietzsche a constatar la muerte de Dios. Dios había sido la brújula del hombre occidental. Pero el hombre ha ido matando a Dios sin darse cuenta, expulsándolo poco a poco de su pensamiento y de su cultura. Al descubrir la muerte de Dios el hombre queda desorientado, su vida pierde el sentido.
La muerte de Dios es, en realidad, la muerte del monoteísmo cristiano y de la metafísica dogmática, para quienes sólo hay un Dios y una verdad. Y el responsable de ello es el hombre. Al cobrar conciencia de ello el hombre sustituye a ese Dios y a esa verdad única por múltiples dioses y múltiples verdades, en un intento desesperado por salvar los valores asociados a esa imagen de Dios. Pese a ello, con la caída del Dios y de la metafísica tradicionales, los valores asociados a ellos no pueden subsistir, no encuentran justificación trascendental alguna y, carentes de fundamentación, serán el blanco de las críticas más exacerbadas y negados como valores. El ateísmo conduce, pues, al nihilismo.
El nihilismo
El nihilismo es el proceso que sigue la conciencia del hombre occidental y que quedaría expresado en estos tres momentos:
1) El nihilismo como resultado de la negación de todos los valores vigentes: es el resultado de la duda y la desorientación.
2) El nihilismo como autoafirmación de esa negación inicial: es el momento de la reflexión de la razón.
3) El nihilismo como punto de partida de una nueva valoración: es el momento de la intuición, que queda expresada en la voluntad de poder, en quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.
Esta es la base sobre la que ha de construirse, según Nietzsche, la nueva filosofía. El hombre provoca, en primer lugar, la muerte de Dios, sin apenas darse cuenta de ello. En segundo lugar, el hombre toma conciencia plena de la muerte de Dios y se reafirma en ella. En tercer lugar, y como consecuencia de todo lo anterior, el hombre se descubre a sí mismo como responsable de la muerte de Dios descubriendo, al mismo tiempo, el poder de la voluntad, e intuyendo la voluntad como máximo valor.
La respuesta ha sido consensuada entre: Castillo Lazo Jesús, Valdivia Salazar Jorge, Figueroa Cárdenas Ana, Ñavincopa Palacios, Erick.
La concibe como la forma más general de la historia, como tentativa de describir la realidad de alguna manera y entenderla a través de signos, conceptos, razón.
Él más que definirla, es un crítico de la filosofía occidental, la metafísica y la moral, debido a su dogmatismo que encuentra en estas.
Nietzsche rechazó la religión por despreciar la vida, por ejemplo en el Anticristo critica los valores ya que representan el pasado decadente mostrando así realizar un cambio para la historia.
La muerte de Dios
El análisis de la trayectoria del pensamiento y la cultura occidentales le llevará a Nietzsche a constatar la muerte de Dios. Dios había sido la brújula del hombre occidental. Pero el hombre ha ido matando a Dios sin darse cuenta, expulsándolo poco a poco de su pensamiento y de su cultura. Al descubrir la muerte de Dios el hombre queda desorientado, su vida pierde el sentido.
La muerte de Dios es, en realidad, la muerte del monoteísmo cristiano y de la metafísica dogmática, para quienes sólo hay un Dios y una verdad. Y el responsable de ello es el hombre. Al cobrar conciencia de ello el hombre sustituye a ese Dios y a esa verdad única por múltiples dioses y múltiples verdades, en un intento desesperado por salvar los valores asociados a esa imagen de Dios. Pese a ello, con la caída del Dios y de la metafísica tradicionales, los valores asociados a ellos no pueden subsistir, no encuentran justificación trascendental alguna y, carentes de fundamentación, serán el blanco de las críticas más exacerbadas y negados como valores. El ateísmo conduce, pues, al nihilismo.
El nihilismo
El nihilismo es el proceso que sigue la conciencia del hombre occidental y que quedaría expresado en estos tres momentos:
1) El nihilismo como resultado de la negación de todos los valores vigentes: es el resultado de la duda y la desorientación.
2) El nihilismo como autoafirmación de esa negación inicial: es el momento de la reflexión de la razón.
3) El nihilismo como punto de partida de una nueva valoración: es el momento de la intuición, que queda expresada en la voluntad de poder, en quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.
Esta es la base sobre la que ha de construirse, según Nietzsche, la nueva filosofía. El hombre provoca, en primer lugar, la muerte de Dios, sin apenas darse cuenta de ello. En segundo lugar, el hombre toma conciencia plena de la muerte de Dios y se reafirma en ella. En tercer lugar, y como consecuencia de todo lo anterior, el hombre se descubre a sí mismo como responsable de la muerte de Dios descubriendo, al mismo tiempo, el poder de la voluntad, e intuyendo la voluntad como máximo valor.
La respuesta ha sido consensuada entre: Castillo Lazo Jesús, Valdivia Salazar Jorge, Figueroa Cárdenas Ana, Ñavincopa Palacios, Erick.
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La filosofía para Nietzsche es la superación del hombre y no una búsqueda de sabiduría, porque los saberes actuales están que deshumanizan al hombre y los vuelve contranatural. El hombre, según Nietzsche, debe vivir en base a sus instintos y no en base a su razón. La inteligencia es una herramienta de los instintos. Por tal razón, la filosofía es búsqueda de la superación del hombre mediante su voluntad de poder.
Podemos agregar, considerando el nihilismo activo, hay que superar a Dios para llegar al ideal que es el superhombre y que lo dionisiaco sea nuestro guía, dejando de lado lo Apolineo que es lo que nos suprime.
La respuesta fue consensuado entre: Moreno Flores Deyna, Mansilla Huillca Jorge Jhonatan, Galindo Soto Hans Jair, Díaz Alegre Eduardo David, Mosqueira Díaz, Josue David.
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¿Qué es? ¿Qué no es? ¿Qué es lo real?
¿Qué es la filosofía para Nietzsche?
En todo caso, para Nietzsche, la filosofía es la superación del hombre y no una búsqueda de sabiduría porque los saberes actuales están que deshumanizan al hombre y los vuelve contranatural. El hombre, para Nietzsche, debe vivir en base a sus instintos y no en base a su razón.
La inteligencia es una herramienta de los instintos. Por tal razón la filosofía es la búsqueda de la superación del hombre mediante la voluntad de poder; vinculado al nihilismo activo, que para llegar a ese punto del superhombre es necesario matar a Dios. Y se acceda al instinto Dionisiaco, puesto que muchas veces el deseo Apolineaco nos restringe.
• ¿Qué es lo real y lo no real para Nietzsche?
Para Nietzsche la voluntad es la verdadera "esencia" de la realidad. La realidad no es más que la expresión de la voluntad ya que no es algo estático, permanente, inmutable; ni la consecuencia de algo estático, permanente, inmutable. Siendo el fruto de la voluntad ha de ser multiforme y cambiante, como aquella. La realidad es devenir, cambio, y no está sometida a otra determinación que a la de su propio querer.
Considerará que, en la constitución de lo real, es mucho más lo que ponemos con nuestras representaciones subjetivas, que lo que nos es dado por una supuesta realidad objetiva y en sí. Las cosas o realidades en sí, ya no son solamente inaccesibles a nuestro conocimiento, como afirmaba Kant, sino que son simples ilusiones psicológicas, al modo de una especie de velo místico que encubre el vacío del ser y, que, mediante la falacia pretenden explicar arrogantemente la totalidad de lo real.
Nietzsche sólo aceptará como real, grados diversos de intensidad en la forma de reflejarse el mundo de la apariencia, y no un supuesto ser en sí, con el pretexto de constituir y fundar los conceptos abstractos de los metafísicos, y las esencias formales de los teólogos. Estos aspectos, son todos ellos inconciliables con la vida como contenido vivencial en mí. Lo esencial es suprimir el mundo-verdad, en cuanto supone el más grave atentado contra la vida, por el mundo-aparente. El ser como apariencia o, lo que es lo mismo, la nada para el ser, será concebido como fluencia en decurso infinito hacia el devenir, en un "eterno retorno" de la vida. Nietzsche deseaba creer que en su época se estaban fraguando las condiciones para el resurgir de un nuevo futuro, de una nueva aurora para la vida, donde el mundo recobrará su natural sentido, su original inocencia inspirado en el ser metafísico.
En todo caso, para Nietzsche, la filosofía es la superación del hombre y no una búsqueda de sabiduría porque los saberes actuales están que deshumanizan al hombre y los vuelve contranatural. El hombre, para Nietzsche, debe vivir en base a sus instintos y no en base a su razón.
La inteligencia es una herramienta de los instintos. Por tal razón la filosofía es la búsqueda de la superación del hombre mediante la voluntad de poder; vinculado al nihilismo activo, que para llegar a ese punto del superhombre es necesario matar a Dios. Y se acceda al instinto Dionisiaco, puesto que muchas veces el deseo Apolineaco nos restringe.
• ¿Qué es lo real y lo no real para Nietzsche?
Para Nietzsche la voluntad es la verdadera "esencia" de la realidad. La realidad no es más que la expresión de la voluntad ya que no es algo estático, permanente, inmutable; ni la consecuencia de algo estático, permanente, inmutable. Siendo el fruto de la voluntad ha de ser multiforme y cambiante, como aquella. La realidad es devenir, cambio, y no está sometida a otra determinación que a la de su propio querer.
Considerará que, en la constitución de lo real, es mucho más lo que ponemos con nuestras representaciones subjetivas, que lo que nos es dado por una supuesta realidad objetiva y en sí. Las cosas o realidades en sí, ya no son solamente inaccesibles a nuestro conocimiento, como afirmaba Kant, sino que son simples ilusiones psicológicas, al modo de una especie de velo místico que encubre el vacío del ser y, que, mediante la falacia pretenden explicar arrogantemente la totalidad de lo real.
Nietzsche sólo aceptará como real, grados diversos de intensidad en la forma de reflejarse el mundo de la apariencia, y no un supuesto ser en sí, con el pretexto de constituir y fundar los conceptos abstractos de los metafísicos, y las esencias formales de los teólogos. Estos aspectos, son todos ellos inconciliables con la vida como contenido vivencial en mí. Lo esencial es suprimir el mundo-verdad, en cuanto supone el más grave atentado contra la vida, por el mundo-aparente. El ser como apariencia o, lo que es lo mismo, la nada para el ser, será concebido como fluencia en decurso infinito hacia el devenir, en un "eterno retorno" de la vida. Nietzsche deseaba creer que en su época se estaban fraguando las condiciones para el resurgir de un nuevo futuro, de una nueva aurora para la vida, donde el mundo recobrará su natural sentido, su original inocencia inspirado en el ser metafísico.
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¿Qué es? ¿Qué no es? ¿Qué es lo real?
Valdivia Salazar Jorge, Figueroa Cárdenas Ana, Castillo Lazo Jesús, Ñavincopa Palacios Erick, Renzo Palomino.
Para el filósofo alemán el ser, no es más que un término introducido y forjado por una simple utilidad práctica que lleva más de dos milenios, y que sirve para proyectar en una inexistente “más allá”, esencias e ideas inmutables y universales, que no son más que pretendidas pseudorealidades opuestas a la facticidad cambiante de los acontecimientos vitales.
Solo aceptara como real, grados diversos de intensidad en la forma de reflejarse el mundo, y no por supuesto ser en sí, con el pretexto de construir y fundar los conceptos abstractos de los metafísicos, y las esencias formales de los teólogos. Estos aspectos, son todos ellos inconciliables con la vida como contenido vivencial en mí.
No hay, por tanto, verdades absolutas, no hay esencias permanentes, no hay hechos eternos, solo hay verdades aparentes, relativas a nosotros, para nosotros, según las conciben nuestras representaciones y sentimientos. Y la realidad no es algo estático, permanente, inmutable; ni la consecuencia de algo estático, permanente, inmutable. La realidad es devenir, cambio, y no está sometida a otra determinación que a la de su propio querer.
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¿Qué podemos conocer? ¿Qué es la verdad?
Solo aceptara como real, grados diversos de intensidad en la forma de reflejarse el mundo, y no por supuesto ser en sí, con el pretexto de construir y fundar los conceptos abstractos de los metafísicos, y las esencias formales de los teólogos. Estos aspectos, son todos ellos inconciliables con la vida como contenido vivencial en mí.
No hay, por tanto, verdades absolutas, no hay esencias permanentes, no hay hechos eternos, solo hay verdades aparentes, relativas a nosotros, para nosotros, según las conciben nuestras representaciones y sentimientos. Y la realidad no es algo estático, permanente, inmutable; ni la consecuencia de algo estático, permanente, inmutable. La realidad es devenir, cambio, y no está sometida a otra determinación que a la de su propio querer.
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¿Qué podemos conocer? ¿Qué es la verdad?
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